EL GRAN ESTAFADOR

Por Camila Vergara, Revista CARAS Enero 2009

Desde maestros del cine como Pedro Almodóvar y Steven Spielberg, pasando por fundaciones de caridad como la del Nobel de la Paz, Elie Wiesel, hasta los bancos más grandes de Europa y Japón fueron víctimas de lo que la prensa norteamericana a llamado “la estafa del siglo”.

Bernard Madoff

En medio de la crisis financiera, Bernard Madoff (70) dejó de ser el mago de las finanzas de Wall Street para convertirse en el estafador más grande de la historia cuando admitió al FBI que su fondo de inversiones estaba quebrado, que 50 mil millones de dólares se habían esfumado, y que todo había sido “sólo una gran mentira”. Inmediatamente, el exclusivo círculo de millonarios del mundo entró en pánico y los medios llenaron sus portadas con los nombres de celebridades que habrían perdido parte de sus fortunas en el fraude.

“La palabra es muy simple: codicia. La gente fue demasiado ambiciosa. Creyeron que él les podría dar mayores retornos” explicó a CNN el multimillonario norteamericano Donald Trump, quien asegura no haber perdido dinero en la estafa de Madoff. “Yo no habría invertido y algunos de mis amigos tampoco, pero obviamente muchos le entregaron todo su capital.”

Debido a que Bernard Madoff era un respetado miembro de la poderosa comunidad judía de Estados Unidos, su fondo de inversiones ⎯el cual administraba cerca de 17 mil millones de dólares, manejaba un promedio de 50 millones de acciones diarias y fue uno de los mayores creadores de mercado en Nasdaq a finales de 2008⎯ tenía acceso a los círculos más exclusivos de la elite norteamericana: empresarios, celebridades y benefactores. Bernard Madoff

La mayoría de los clientes de Madoff, más que estafados se sienten traicionados. La razón es que Bernie era un insider, un miembro, un amigo, “uno de los nuestros”. En otras palabras, Bernard Madoff era parte del exclusivo club definido por su relación con las tres efes: familia, filantropía, y finanzas. Hijo de inmigrantes judíos, nacido y criado en Queens, Madoff se movía como pez en el agua dentro del influyente círculo de banqueros neoyorquinos. No por nada era parte del directorio de varias organizaciones sin fines de lucro como la universidad judía Yeshiva, institución a la cual Madoff le “administraba” parte de sus riquezas y la cual habría perdido cerca de 120 millones de dólares debido al desfalco. “Hubo un montón de gente muy sofisticada que fue engañada. Esto pasa cuando una persona respetable decide ser inescrupuloso” explicó Harvey Pitt, uno de los investigadores del caso.

“Soy el mayor idiota que ha pisado la tierra” se lamentó el guionista de El curioso caso de Benjamin Button (2008), Eric Roth, en la ceremonia de los Globos de Oro, quien dice haber perdido los ahorros de su jubilación a manos de Madoff. El caso de Roth, quien no tenía su dinero directamente invertido en el hedge fund de Madoff, es similar al del cineasta Pedro Almodóvar, quien delegó la administración del capital de su empresa de producción, El Deseo, a Oyster Investment, un fondo de inversiones suizo que apostó parte de sus activos en el estafador norteamericano. Sin embargo, uno de los más afectados fue el empresario Arpad Busson, el prometido de la actriz Uma Thurman, quien habría perdido alrededor de 160 millones de dólares en el fraude.

A pesar de las millonarias pérdidas, ninguno de sus inversionistas fue capaz de anticipar la catástrofe. Desde su fundación, ésta era la primera vez que el Bernard Madoff Investment Security tenía problemas de liquidez. Durante más de 50 años, Madoff alimentó no sólo su ego sino que una poderosa red de contactos. Su reputación creció a tal punto que muchos inversionistas que deseaban tener acceso al gurú de las finazas se unieron a algunos de los clubes de golf de los que Bernie era miembro con el solo objetivo de tener la posibilidad de conocerlo e invertir parte o la totalidad de sus riqueza con el mago de las finanzas. “Madoff estaba rechazando a posibles clientes todo el tiempo. Él no necesitaba ser activo en caridades o eventos sociales para obtener nuevos inversionistas. La gente lo perseguía para invertir con él”, comentó Robert Ivanhoe, director de la firma de abogados Greenber Traurig, quien no pudo convencer a Madoff para que le administrara 50 millones de dólares a uno de sus clientes.

Sin embargo, la ficción llegó a su fin cuando a mediados de diciembre Madoff declaró que había perdido cerca de 50 mil millones de dólares. Aunque las primeras reacciones fueron de incredulidad y pánico, los investigadores del caso dudan que el dinero se haya simplemente esfumado y están apuntando a los numerosos bienes y lujoso estilo de vida del inversionista neoyorkino.

Los Madoff eran una familia poderosa y bien conectada. Se estima que su patrimonio empresarial y familiar supera los 20 mil millones de dólares. Dentro de los bienes que se le conocen al patriarca de los Madoff se encuentran cuatro mansiones, dos yates y dos aviones privados. Además de lujosas oficinas en Londres y Manhattan, Madoff es dueño de “La Rivera” ⎯una pequeña villa en la rivera francesa⎯, una mansión con vista al mar en el exclusivo balneario de Los Hamptons al norte de Nueva York, avaluada en más de 3 millones de dólares, una casa con cinco dormitorios, siete baños y una piscina en Palm Beach, Florida tasada en 9.4 millones de dólares, y un departamento de 7 millones de dólares en el Upper East Side de Manhattan, donde el inversionista judío se encuentra hoy bajo arresto.Propiedades de Bernard Madoff

Además, Bernie, un amante de la navegación, tenía dos yates, estratégicamente atracados, uno en la costa del mediterráneo y el segundo en alguna de las playas de Florida, listos para zarpar en cualquier momento. Su favorito es el Bull (toro), un bote de pesca profesional de más de 20 metros de largo acondicionado para recibir y servir como centro de entretenimiento flotante a familiares y amigos. Por último, Madoff también era dueño de BLM Air Charter, una empresa que tenía acciones en una compañía de jet privados.

Aunque Bernard Madoff declaró ante la corte que él era el único responsable de la estafa, el FBI está investigando a su familia y a otros fondos “alimentadores” del fraude. Según Madoff, sus dos hijos, quienes también trabajaban en la empresa, no sabían nada del fraude basado en un sistema piramidal en el que nuevos clientes posibilitaban la inyección de capitales frescos para sustentar el modelo.

“¿Cómo un solo hombre pudo manipular tanto dinero sin que la gente supiera? Yo lo encuentro difícil de creer. Él tiene dos hijos, y no sabían nada? Para mi todo esto es parte de un engaño”, sentenció Donald Trump. “El padre diciendo, ‘Mira, ustedes me entregan a la policía y yo pretendo que ustedes no saben nada’, es algo que yo encuentro imposible de creer.”

Aunque nadie está libre de sospechas, sólo Bernard Madoff, quien tuvo que poner sus propiedades como colateral para pagar los 10 millones de dólares de fianza, y su esposa Ruth, han tenido que entregar sus pasaportes a las autoridades para evitar un eventual escape. Se espera que el FBI presentará el caso en contra del inversionista neoyorkino durante la segunda semana de febrero. De ser condenado, Madoff podría ser sentenciado a una pena máxima de 20 años de cárcel y a una multa de 5 millones de dólares. Muchos dirían que para ser el estafador más grande de la historia, haber dejando en la bancarrota a miles de personas y haber vivido décadas de lujo, Bernard Madoff la sacaría demasiado barata.

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